En mi caso, al tratarse de alumnos de primera incorporación, el principio de adaptación será el mismo para todos.
Semana 1: la incorporación será progresiva para poder atender de forma más personal e individualizada y que los cambios para los niños sean menos bruscos.
De lunes a jueves se irán incroporando niños de dos en dos, acompañados por sus madres, padres o un familiar cercano; la entrada será a la hora habitual y la estancia alrededor de una hora. En ese tiempo los niños seguros y acompañados de sus familiares, recorren los espacios donde permanecerán, se les enseña los materiales, juguetes, accesorios...cantaremos canciones de cuna y nanas. Propondré juegos y masajes compartidos con familiares y estrecharé relaciones entre niños.
El viernes y el lunes de la semana siguiente formaremos grupos de cuatro y aumentaremos la estancia a unas dos horas. Más niños que se relacionan ,más juegos, canciones... Para estos dias sucesivos de adaptación propondremos que en el momento en que los niños se encuentren a gusto y entretenidos los familiares se despidan de ellos y queden solos, no más de media hora.
El miércoles ya acudirán la totalidad de niños, nuevamente acompañados y, esta vez, aumentaremos el tiempo a unas tres horas. Aparte de juegos, masajes y canciones en grupo incorporaremos el momento de higiene y comida usando música, canciones y conversaciones con el bebé para que se familiarice con nosotros. Al estar acompañados por sus familiares lo veran como algo natural y yo no seré una extraña. Al igual que los días anteriores, los padres despedirán a los niños cuando estos estén tranquilos y también aumentaremos esa ausencia en una hora aproximadamente, dependiendo del ritmo y adaptación de cada niño.
El jueves, de nuevo, todos juntos y acompañados regresarán a clase, tendré programada unas canciones y juegos para que esta vez la estancia de los familiares se reduzca y queden en la escuela no más de una hora. Ampliaremos la estancia incorporando esta vez el descanso.
El viernes, último día de adaptación, entrarán y mantendrán el horario habitual, en la medida de lo posible. En caso de que algún niño no esté lo suficientemente preparado se aumentará el período de adaptación.
Debemos hacer que la experiencia sea lo menos brusca y traumática posible, pudiendo hacer que los bebés sientan este período de adaptación como un proceso natural y feliz, que no les produzca ansiedad y tristeza. Que no sientan abandono por parte de su familia sino que es la propia familia quien le descubre, enseña y acompaña en este cambio. Los educadores, la escuela y el resto de niños debemos ser la prolongación de ese ambiente familiar.
(Los niños que por motivos personales o laborales de sus padres no puedan contar con este perido de adaptación tendrán su horario habitual desde el principio, a pesar de no contar con esta ayuda se pretenderá alcanzar los mismos objetivos que con el resto de niños, intentando satisfacer sus necesidades tanto fisicas como afectivas por parte de su educadora).
Colorín colorado ahora sí, este cuento ha acabado.